4 de octubre en Iguala, Guerrero.
La historia comienza así, cuenta la leyenda que en el cerro de Pueblo Viejo cuyo santo patrono era San Francisco de Asís, un 4 de octubre llovió tanto que todo se inundó y el agua arrastró al santito de madera hacia el centro del valle rodeado por 9 cerros. El agua además arrasó con ganado, objetos y personas. Cuando la tormenta pasó, la gente bajó al valle y edificaron una iglesia en el lugar donde quedó la estatua de San Francisco, construyendo después el pueblo alrededor.
También se cuenta que mucha gente enloqueció ese día por lo que cada 4 de octubre además de celebrar a San de Asís, festejan el “Dia de los Locos”: suspenden actividades, organizan un desfile ausente de cordura, lleno de risas y antiguamente desbordante de comida que la gente repartía entre los espectadores como parte de la celebración. El desfile es una de las principales tradiciones del “Pueblo Nuevo” que es hoy la ciudad de Iguala, Gro. (del náhuatl “Yohualtepec” = lugar rodeado de cerros).
Es así como nace la festividad más esperada por los igualtecos en donde pueden reír, bailar y disfrutar con toda libertad y alegría.